Lo que aprendí sobre mí mientras corría…

Cuida tu Salud

Ofrezco algunas conclusiones a las que llegué cuando decidí empezar a correr hace unos meses y logré superar mi primera experiencia negativa para poder hacer ejercicio regularmente varias veces a la semana. Puede que sólo sean verdad para mí, pero Sospecho que pueden ayudar a más personas.Y por eso los comparto.

Correr no es tan fácil como parece

A primera vista, correr no es difícil. Todo lo que necesita es un par de zapatillas cómodas para correr, un lugar adecuado, como un parque de la ciudad o un área tranquila, y estará listo para comenzar. Pero cuando no estás acostumbrado, incluso cuando crees que estás en forma, es muy probable que no puedas continuar por más de 10 minutos al principio. Hay una gran diferencia entre correr y caminar muy rápido, y es obvio. Muy rapido te enfrentas a tus propias limitacioneseso en sí mismo es una lección de vida.

Pequeños pasos valen la pena

El sufrimiento puede ser físico, pero la forma de superar este primer umbral de dificultad es psicológica. Después de varios intentos, me di cuenta de que centrarse en el presente y no extrapolar demasiado da buenos resultados. En otras palabras, si te enfocas en el siguiente paso, en lugar de en lo que te queda para completar una vuelta o alcanzar un objetivo de tiempo, llegarás mucho más lejos. A cada paso entiendes no cuesta tanto hacer lo siguiente. Si comete el error de mirar demasiado adelante, puede ser demasiado para usted.

Lo principal es encontrar tu ritmo.

De nada sirve centrarse en el siguiente paso si no has encontrado tu ritmo.. Al principio, eso era lo que más me preocupaba. Si conducía demasiado despacio, me frustraba y terminaba acelerando demasiado y, como resultado, no podía aguantar. En otras ocasiones comencé a un ritmo más constante desde el principio, sintiéndome en buena forma, pero en los 500m mi condición física tuvo la última palabra y tampoco pude resistir.

Me ha costado mucho encontrar mi ritmo, y por momentos me confío y me paso de la raya, pero cada vez tengo más claro cuál es mi forma de correr y que la respeto. Puedo llegar muy lejos sin desmoronarme.

La persistencia se vuelve más fácil

Sufrir cuando corres es un poco difícil de definir parece mezcla entre el dolor físico sordo y la necesidad mental de descansar. Algo cuyos límites se desdibujan, y por eso es importante no excederse en el esfuerzo, porque puede salir muy caro.

Pero precisamente porque el límite no está tan claro, poco a poco, experiencia tras experiencia, entrenas esta extraña sensación. Entiendes que no pasa nada para avanzar un poco más, que eres capaz de continuar. Por otro lado, no sé si la resistencia aumenta o el esfuerzo disminuye con el hábito, pero el caso es que cada vez es más fácil perseverartanto física como psicológicamente.

No estás solo

Uno de los grandes beneficios de correr es que conoces a mucha gente que hace lo mismo que tú. A algunos los verá solo una vez, mientras que a otros los verá regularmente, especialmente si tiene un horario estable. Verás monstruos hablando casualmente sobre la política del gobierno mientras te golpean por quinta vez, y otras personas a las que puedes dejar atrás fácilmente.

En una palabra, comprenderás que no estás solo en el sudor y el sufrimiento, y aunque siempre dicen que consolar a los tontos es malo para muchos, me parece que esto es algo positivo.

Siempre hay alguien que puede hacerlo mejor que tú.

No estoy hablando de esos monstruos que mencioné antes. Mi referencia personal es un señor que debe tener unos 55 años y al que veo corriendo absolutamente cada vez que voy al mismo parque a la misma hora. Tener impresionante determinación y resistencia para una persona que no tiene el aspecto morfológico de un corredor de fondo. Mi conjetura es que correrá 5 km al día y, aunque comenzó lentamente, ahora corre cada vez más rápido.

Es este tipo de comportamiento lo que me llama la atención. No me impresiona que un joven súper entrenado me adelante varias veces. Me impresiona que una persona 20 años mayor que yo tenga más resistencia y más regularidad. En este sentido, correr es buena señal de humildad.